La conductividad es una medición importante para la producción de electrolitos. Debe estar en el rango correcto para garantizar la transferencia de iones entre el ánodo y el cátodo, de lo contrario la batería no funcionará según las especificaciones del diseño. Esta aplicación corrosiva reduce la vida útil del sensor. El sensor de conductividad de Rosemount 228 es resistente a los químicos y resulta ideal para servicios corrosivos, lo que reduce el costo de reemplazo.