El trigo se recibe en el molino, se inspecciona y se clasifica por calidades. Cada grado se almacena por separado en diferentes silos. Durante la operación de llenado de grandes silos se genera una gran cantidad de polvo. No deben mezclarse diferentes calidades de trigo, por lo que es necesario controlar continuamente el nivel de la calidad de trigo que queda en cada silo. El gran tamaño de los silos, normalmente con múltiples puntos de vaciado, favorece la creación de formaciones irregulares y la acumulación en su interior. Esto dificulta medir el inventario con precisión. La medición precisa y confiable del nivel permite la detección temprana de la acumulación, lo que facilita la programación oportuna del mantenimiento y la limpieza. Evitar interrupciones inesperadas en el proceso de producción previene las pérdidas de tiempo y dinero asociadas. La instalación de interruptores de nivel evita el sobrellenado que puede provocar derrames.