Los operadores se enfrentan a desafíos únicos cuando se trabaja con reactores de gasificadores de madera. Las temperaturas pueden aumentar hasta 600 °C (1112 °F). Las cenizas y el polvo que se generan al cocinar las virutas de madera pueden acumularse y provocar la formación de sedimentos. Durante la producción también se generan hidrocarburos pesados, que crean una condensación pegajosa de alquitrán que puede dañar algunos dispositivos de medición. Los operadores necesitan una solución de medición sólida y de confianza que pueda soportar altas temperaturas y resistir los daños provocados por los subproductos que se generan a lo largo del proceso.