Los contenidos de la tolva de cenizas volantes son transportados neumáticamente a un silo de almacenamiento de cenizas volantes. El silo se vacía en camiones que luego transportan el material para su uso en otras aplicaciones. Las cenizas volantes procedentes de la quema de carbón crean un ambiente muy polvoriento y tienden a pegarse, lo que genera acumulaciones en el interior del silo. Los silos de ceniza volante suelen ser muy grandes para permitir el flujo continuo desde las tolvas. La densidad y la constante dieléctrica de las cenizas volantes es baja. Los usuarios tienen que supervisar continuamente la cantidad de ceniza volante dentro del silo para poder vaciarlo a tiempo, realizar su mantenimiento y limpiarlo cuando sea necesario.