“En ciudades en expansión con grandes poblaciones, densos centros de trabajo y numerosas instalaciones, optimizar el suministro de agua es esencial y la detección de fugas es una de las medidas más importantes. Esto puede llevarse a cabo eficazmente con sistemas de medición de caudal. Sin embargo, cuando se trata de aplicaciones de suministro de agua, a menudo deben poder funcionar bajo el agua o enterradas, lo que proporciona datos confiables sin afectar al suministro de agua. Deben ofrecer información sobre la dinámica de la red hídrica y poder identificar las zonas de estancamiento y los patrones de consumo inusuales, así como abrir vías para integrar la inteligencia artificial con el fin de racionalizar aún más la gestión del suministro de agua; esto garantiza la eficiencia y la sostenibilidad de las operaciones de los servicios hídricos de la ciudad”.