La miscela, que es una mezcla de disolvente y aceite, se calienta durante la extracción con disolvente para evaporar y recuperar el 95 % del disolvente. A continuación, el resto de la miscela se separa del aceite mediante una columna de extracción de vapor. Durante este proceso es crucial controlar de cerca la presión y la temperatura del disolvente, el aceite y la miscela para garantizar una extracción adecuada.